jueves, 8 de septiembre de 2011

No voy a Escocia porque me importa un pepino.



Uno se tomaba un vaso de agua y sonreía mientras se comía un plato de papitas de limón de los años sesenta; el juego no funcionó porque en Colombia no hay agua de los manantiales de la India, en la India todo es generoso, pero Colombia es una cartuchera con el cierre malo, Colombia es como una trapeadora limpiando el vomito de un gerente de las empresas públicas, un gerente que se va a pasear a Bogotá para conseguirse la visa para el alma de su suegra y en Bogotá vive un niño que le dicen el cojito porque cuando tenía diez años iba caminando por la calle y deseó que su casa estallara con su madre adentro y cuando llegó a la casa se le estalló una vena de su corazón y murió a los tres días ahogado por una pepa de mamoncillo y resucitó de entre los muertos.

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