Cuando presiono la tecla g, siento ganas de volverla a teclear, inconsientemente hice un escrito de palabras con g llamado, gracias a los grafittis, ganamos la guerra contra las golondrinas.
Un niño de primaria me preguntó una vez sí estrafrenario se escribia con g intermedia y yo le dije que le preguntara a su conciencia, desde entonces este sujeto se ha fijado la tarea de reivindicar la importancia de la g y de destruir el lenguaje cambiando las consonantes d, f. h, j por la letra g.
Hoy en día las tortugas se preguntan cómo decir fajardo sin llegar al extremo de decir Gagargo y no hay nada más peligroso para un líder político que ser nombrado de una manera que evoque la imagen de un gargajo, gargola o gagueo... La g ya no es cómo mi abuelita me enseñó a enorgullecerla con palabras como Grandilocuencia o Aguapanela.
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