sábado, 23 de abril de 2011

Semi-cielo

Un día iba caminando por la calle sobre la lluvia derramada con los pies empapados, me senté en una de las mesas de la panadería Mc. Pevi y conocí el amor de las imágenes efímeras desapareciendo en la cotidianidad y unos palitos de queso que jamas había probado y que ahora jamás dejaría de seguir probando.

los palitos de queso estaban calientes y humeantes; en su interior un queso derretido se abrigaba de pasta, ese día lo recuerdo mucho por los palitos de queso de ese lugar.

El amor era grande, rojo, con ojos brillantes y dientes lácteos y filosos como el filo de un hacha. Su boca era larga como....como el filo de un hacha.

hay una diferencua entre conocer el amor y conocer los palitos de queso mas deliciosos del mundo, son dos casos especialmente diferentes y no se puede decir que uno sea más importante que el otro.

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