sábado, 23 de abril de 2011

El guatemalteco que quería conocer el mar.

Hace muchos años en Guatemala vivió un niño llamado pedro Santamaría, el quería conocer el mar pero su familia era muy pobre entonces nunca salían de su casa allá en El Morro De Los Decapitados en el municipio de Sumpango en Sacatepéquez. Pedro todos los días desde su casa miraba al horizonte y soñaba que cuando fuera grande y pudiera decidir, cogería su pequeña mochila y  caminaría hacia el sur decidido a conocer el mar y vivir allá comiendo todos los días pescado que le gustaba tanto, pero que sólo comía el día de su cumpleaños.

La madre de pedro estaba muy triste porque su hijo era un soñador, pero pensó que solo era por su gran imaginación y le dijo que mientras fuera menor no podía emprender esas empresas tan descabelladas, así que pedro se acostó en su cama, cerró los ojos y se levantó cuando ya era mayor de edad. Entonces la madre no sintió el paso del tiempo porque veía mucha televisión y se perdía de todo lo que pasaba a su alrededor.

Pedro entonces estaba feliz y le dijo a su madre que ya se iba al mar y que le agradecía mucho por haberle dado la vida. Entonces la madre se enojo porque le interrumpieron la telenovela y lo único que hizo fue darle a su hijo una estampita de Nuestra Señora Del Rosario. Pedro le dio las gracias, le dio un beso a esa hermosa Virgen de la que siempre estuvo enamorado y contemplo al pequeño niño dormido del cansancio después de haber recorrido con su madre toda América.

Pedro salió de su casa feliz y decidido, los caminos se abrieron a su paso siempre hacia el sur, pedro nunca sintió el cansancio en sus pies y caminó tan pero tan rápido que a las dos horas ya se encontraba en Iztapa. Cuando vió el mar, era grande como jamás se lo imaginó y azul como los ojos de la virgen. No cabía de la emoción y decidió vivir alejado de toda la gente en una parte tranquila donde pudiera comer pescado, soñar, nadar y hacerse amigo de los delfines. Un día fue al mar y aprendió a nadar porque un delfín que era bueno le enseñó. Entonces pedro estaba agradecido con el delfín y se hicieron amigos.

Pedro y su amigo delfín que por cierto se llamaba Adelfo empezaron a recorrer los mares y a conocer los barcos hundidos con sus tesoros, pero lo único que hizo pedro con alguno de estos tesoros fue comprarle a su mama un televisor plasma de 70 pulgadas y se lo mandó. Las señoras del pueblo que de todo oían y de todo averiguaban, decían que desde que la madre de pedro recibió aquel televisor nunca dejo de ver telenovelas. Lo cierto es que el televisor siempre lo mantuvo prendido y un día que lo apagó porque estaba cansada de ver televisión, se quedó dormida y jamás despertó.

Un día pedro estaba triste porque quería tener hijos y Adelfo le dijo que en el mar de las sirenas había unas mujeres de senos hermosos y abundantes cabelleras rubias, Pedro se entusiasmó de poder tener hijos con una sirena y se fue al país de las sirenas donde todas las mujeres eran hermosas. Pedro conoció a la sirena mas hermosa de todas llamada Serene que tenía el mismo rostro de La Virgen De Nuestra Señora Del Rosario, le llevó serenata, se casaron y pedro nunca se cansó de darle hijos ni de comer pescado. Fin

1 comentario:

  1. para finalizar, no quiero caer en un insulto al decirte que me gustan tus escritos, es más de todas las partes del mundo (y de sus respectivos repuestos) no esperaba encontrar a alguien con tal sentido del absurdo que aqui en Colombia, vaya sorpresa, en comienzo...

    ResponderEliminar